viernes, 7 de junio de 2013

BASQUETBOLISTAS









 

MICHAEL JORDAN


                                                               MICHAEL JORDAN
(Nueva York, 1963) Jugador de baloncesto estadounidense, uno de los mejores jugadores que ha tenido la NBA y el mejor anotador de la historia. Cuando Michael cumplió 13 años, su padre hizo construir una cancha de baloncesto en el terreno situado detrás de su casa, donde empezó a ser la admiración del barrio y de los vecinos que se juntaban las tardes de los fines de semana para jugar al baloncesto y hacer barbacoas.
En 1981 ingresó en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, y ya al año siguiente era elegido mejor jugador de la temporada. En el verano de 1984, cuando Michael ya era conocido en Estados Unidos con el apodo de "he can do it all" (puede hacerlo todo), formó parte de una de las mejores selecciones norteamericanas de baloncesto que, bajo la dirección del rígido Bobby Knight (entrenador de la Universidad de Indiana), se alzó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1984), tras batir en la final a la selección española. El quinteto estadounidense (Leon Wood, Michael Jordan, Sam Perkins, Wayman Tisdale y Patrick Ewing) arrasó a todos sus rivales, con lo que la aureola de Jordan comenzó a brillar en todo el mundo.
En 1984 fue fichado por los Chicago Bulls, equipo en el que permaneció a lo largo de toda su carrera deportiva y con el cual obtuvo seis campeonatos de la NBA. Máximo encestador en diez temporadas, obtuvo un promedio de 32 puntos por partido, récord absoluto de la NBA, y fue elegido mejor jugador en 1988, 1991, 1992, 1996 y 1998. Acudió a su segunda cita olímpica en Barcelona 92, pero esta vez como miembro del equipo profesional "Dream Team", con el que repitió el oro que ya consiguiera como universitario en Los Ángeles.
En octubre de 1993, tras el asesinato de su padre, abandonó la competición, pero regresó a la NBA en marzo de 1995 y se convirtió nuevamente en la estrella de los Chicago Bulls. Consiguió para su equipo un nuevo título en 1996. Cuando regresó, la NBA no le permitió usar el número 23, que había sido retirado de los Bulls. Poco después el supersticioso Jordan solicitó un favor especial y los responsables del torneo le permitieron jugar con el mítico número. Otra de las numerosas manías de este genial baloncestista es llevar debajo de la indumentaria de los Bulls prendas de la Universidad de Carolina del Norte, en cuyo equipo logró los primeros triunfos importantes.
Considerado el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, dentro de la cancha destacó por su rapidez, elegancia e inteligencia, y fuera de ella, por su sencillez y honestidad. A principios de 1999 anunció su definitiva retirada del deporte activo.



EL PRIMER PARTIDO DE LA NBA







Olvidemos por un momento el partido que los Knicks ganaron esa noche 68-66, muy alejado de los actuales juegos de la NBA llenos de grandes saltos y mucha agilidad. El partido fue jugado en una época de marcadores bajos y en la que el espectáculo profesional estaba recién naciendo. Los jugadores no realizaban jugadas espectaculares y no habían mates. Es más, los jugadores no podían saltar muy buen. No había un reloj que marcaba los 24 segundos, los equipos tenían tiempo ilimitado para lanzar y muy pocos desafiaban los consejos de los entrenadores que cortaban la inventiva de los jugadores.
El grupo de dueños que se reunieron el 6 de junio en el Hotel Commodore de Nueva York para hablar sobre la liga, que bautizaron Basketball Association of America, nunca imaginaron lo que hoy es la NBA. Este grupo estaba conformado básicamente por integrantes del Arena Association of America, los encargados de controlar las arenas en las principales ciudades de Estados Unidos. Su experiencia básicamente era con el hockey, espectáculos sobre hielo, circos y rodeos. La única excepción era el trabajo de Ned Irish con el Madison Square Garden de Nueva York, que había popularizado los duelos universitarios en las décadas de los treinta y cuarenta por lo que el baloncesto ya tenía una gran base de aficionados en ‘La Gran Manzana’.
Pero el grupo entendía que recién finalizaba la Segunda Guerra Mundial y con los tiempos pacíficos llegaba la época en que muchos dólares esperaban para ser gastados en productos y entretenimiento. También sintieron que podrían aprovechar la pasión naciente por el baloncesto luego de ver el éxito que tenían los torneos universitarios en el Madison Square Garden y en ciudades como Philadelphia y Buffalo. Así que las estrellas colegiales podrían transformarse en profesionales y mantener su éxito.
De esta manera ese jueves de junio, 11 franquicias se unieron para competir en dos divisiones. La del Este conformada por Boston Celtics, Philadelphia Warriors, Providence Steamrollers, Washington Capitols, Nueva York y Toronto. Por el Oeste estaban Pittsburgh Ironmen, Chicago Stags, Detroit Falcons, St. Louis Bombers y Cleveland Rebels.
Cada equipo pagó 10.000 dólares por la franquicia y el dinero se destinó para los gastos operativos de la liga, que incluían el salario de Maurice Podoloff, que llevaría su experiencia en el manejo del hockey al baloncesto. Podoloff, un abogado natal de New Haven (Connecticut), dirigió la American Hockey League y se convirtió en el primer Presidente de la naciente Basketball Association of America, que tres temporadas más tarde se convirtió en la National Basketball League, con sede en el Medio Oeste.
Con tan sólo cinco meses para el inicio de la temporada inaugural, planeada para el primero de noviembre, las reglas de juego y logística del juego se adaptaron lo más cerca posible del exitoso baloncesto colegial. Sin embargo, en vez de jugar 40 minutos divididos en dos mitades, los juegos de la BAA serían ocho minutos más largos y disputados en cuatro cuartos de 12 minutos para tener la opción de brindar espectáculo a los asistentes y futuros compradores de entradas. Además, la defensa en zona no fue permitida en la primera temporada, a diferencia del juego universitario que provocaban con este sistema que el ritmo del partido fuera más lento.
Al comienzo fue difícil la conformación de los 11 planteles. Los Providence Steamrollers salieron a la búsqueda de ex jugadores de Rhode Island College, mientras que Pittsburg reclutó jugadores de lugares remotos que incluso llegaron a las 100 millas alrededor de la Ciudad de Acero. Los integrantes de los Knicks eran primordialmente de las universidades de Nueva York. Incluso, Neil Cohalan, el primer entrenador de los Knicks, fue llamado a dirigir profesionalmente luego de brillar al frente del Manhattan College. En Toronto, todos los jugadores eran americanos, con excepción de Hank Biassati, el único integrante originario de Canadá. Los salarios eran modestos y tenían un promedio de 5000 dólares por temporada. Como resultado de esto, la mayoría de jugadores tenía trabajos durante la pausa de la liga para recibir dinero extra.

EL PARTIDO QUE CAMBIO LA HISTORIA DEL BALONCESTO CALLEJERO

Dyckman siempre ha sido una de las mejores opciones del circuito de streetball de la Gran Manzana, del que ha formado parte durante los últimos 21 años. Sin embargo en 2011 el campeonato con sede en el barrio de Washington Heights fue un paso más allá. Después de múltiples ediciones bajo el patrocinio de Nike, Dyckman quiso desmarcarse por completo del resto de torneos de la ciudad y verdaderamente lo hizo con el apoyo de la marca deportiva. Entre todos los conjuntos que formarían parte del campeonato aquel verano, Nike apadrinó e incluyó a un superequipo formado por los que consideró que eran los diez mejores jugadores de baloncesto callejero de New York y les encomendó la misión de coronarse campeones. Además, y con la intención de darle más interés al asunto, a la vez que animaba el torneo y motivaba a sus jugadores y a sus rivales, la propia marca le puso un precio a la cabeza del llamado Team Nike. Siempre que los chicos del swoosh pisaban la cancha situada en Washington Heights, Nike colocaba un cheque de 5.000 dólares sobre la mesa. El conjunto que ganase el encuentro se lo llevaba. Un aliciente más para el Team Nike a la hora de cumplir su objetivo siendo invictos y un estímulo para todo aquel que tuviera la suerte (o desgracia) de cruzarse con él en su camino hacia el título.

A principio de verano mi buen amigo Sherman Wing, uno de los capos de Inside Streetball y uno de los mayores activistas del panorama en New York City, me avisaba de que las tres pruebas de fuego para el Team Nike antes de los playoffs serían los equipos de Take No Prisoners, Ooh Way y Team 914. Y a decir verdad, como casi siempre que abre la boca, 'Sherm' tenía razón. Tanto que el duelo contra Ooh Way llegaría acompañado de una repercusión tan grande, y que crecía por momentos desde semanas antes de celebrarse, que fue el culpable de que el streetball neoyorquino cambiase por completo con gracias a él. Corey 'Homicide' Williams, icono del baloncesto callejero y miembro del equipo de Ooh Way, era quién lo avisaba con mucha más antelación que nadie, tanto en confianza cuando me decía nada más reencontrarnos después de un año "Antonio, tenemos un equipazo y vamos a ganar al Team Nike", como a los cuatro vientos en uno de los vídeos que reflejaban las andanzas de los chicos del swoosh en Dyckman. "El día 20 de julio se va a ver algo que nunca antes ha pasado en el streetball de New York City", anunciaba Williams. "Este partido va a dejar saber a la gente que el streetball va en serio y es algo real". Nike se hacía eco de esas palabras y las ampliaba a modo de promoción del encuentro con una entrevista al jugador que patrocinó un año atrás. "Va a ser la final de Dyckman, la final del Tournament of Champions y el mejor partido de la década. Todo eso junto en un mismo choque". ¿Cómo ignorar a un 'Homicide' que nos ponía en bandeja uno de los encuentros con mayor hype de la historia del baloncesto de asfalto de la Gran Manzana?. "No os perdáis este partido. Estad realmente seguros de no perderos este partido porque todas las preguntas serán respondidas. Todas".


EL ORIGEN DEL BALONCESTO


El baloncesto nació como una respuesta a la necesidad de realizar alguna actividad deportiva durante el invierno en el norte de Estados Unidos. Al profesor de la Universidad de Springfield, Massachusetts, James Naismith (un profesor canadiense) le fue encargada la misión, en 1891, de idear un deporte que se pudiera jugar bajo techo, pues los inviernos en esa zona dificultaban la realización de alguna actividad al aire libre. James Naismith analizó las actividades deportivas que se practicaban en la época, cuya característica predominante era la fuerza o el contacto físico, y pensó en algo suficientemente activo, que requiriese más destreza que fuerza y que no tuviese mucho contacto físico. El canadiense recordó un antiguo juego de su infancia denominado "duck on a rock" (pato sobre una roca), que consistía en intentar alcanzar un objeto colocado sobre una roca lanzándole una piedra. Naismith pidió al encargado del colegio unas cajas de 50 cm. de diámetro pero lo único que le consiguió fueron unas canastas de melocotones, que mandó colgar en las barandillas de la galería superior que rodeaba el gimnasio, a una altura determinada.
Naismith diseñó un conjunto de trece reglas para el incipiente deporte. Éstas eran: 
1. El balón puede ser lanzado en cualquier dirección con una o ambas manos.
2. El balón puede ser golpeado en cualquier dirección con una o ambas manos, pero nunca con el puño.
3. Un jugador no puede correr con el balón. El jugador debe lanzarlo desde el lugar donde lo toma.
4. El balón debe ser sujetado con o entre las manos. Los brazos o el cuerpo no pueden usarse para sujetarlo.
5. No se permite cargar con el hombro, agarrar, empujar, golpear o zancadillear a un oponente. La primera infracción a esta norma por cualquier persona contará como una falta, la segunda lo descalificará hasta que se consiga una canasta, o, si hay una evidente intención de causar una lesión, durante el resto del partido. No se permitirá la sustitución del infractor.
6. Se considerará falta golpear el balón con el puño, las violaciones de las reglas 3 y 4, y lo descrito en la regla 5.
7. Si un equipo hace tres faltas consecutivas (sin que el oponente haya hecho ninguna en ese intervalo), se contará un punto para sus contrarios.
8. Los puntos se conseguirán cuando el balón es lanzado o golpeado desde la pista, cae dentro de la canasta y se queda allí. Si el balón se queda en el borde y un contrario mueve la cesta, contará como un punto.
9. Cuando el balón sale fuera de banda, será lanzado dentro del campo y jugado por la primera persona en tocarlo. En caso de duda, el árbitro lanzará el balón en línea recta hacia el campo. El que saca dispone de cinco segundos. Si tarda más, el balón pasa al oponente.
10. El árbitro auxiliar, "umpire", sancionará a los jugadores y anotará las faltas, avisará además al "referee" (árbitro principal, véase siguiente punto) cuando un equipo cometa tres faltas consecutivas. Tendrá poder para descalificar a los jugadores conforme a la regla 5.
11. El árbitro principal, "referee", jugará el balón y decide cuando está en juego, dentro del campo o fuera, a quién pertenece, y llevará el tiempo. Decidirá cuando se consigue un punto, llevará el marcador y cualquier otra tarea propia de un árbitro.
12. El tiempo será de dos mitades de 15 minutos con un descanso de 5 minutos entre ambas.
13. El equipo que consiga más puntos será el vencedor. 

 
El baloncesto es un deporte de equipo que consiste básicamente en introducir un balón en un aro colocado a 3 metros del suelo, del que cuelga una red, lo que le da un aspecto de cesto. También es conocido como básquetbol (o basquetbol), o simplemente básquet, por la castellanización de su nombre en inglés: basketball.
Fue inventado por James Naismith, un profesor de educación física canadiense, en diciembre de 1891 en la YMCA de Springfield. Se juega con dos equipos de cinco personas, durante 4 períodos o cuartos de 10 (FIBA) o 12 (NBA) minutos cada uno. Al finalizar el segundo cuarto, se realiza un descanso, normalmente de 10 a 20 minutos según la reglamentación propia del campeonato al cual el partido pertenezca.
También hay una modalidad, fundamentalmente para discapacitados, en la que se juega en silla de ruedas, prácticamente con las mismas normas que el baloncesto habitual.